En un mundo saturado de profesionales y mensajes, destacar no es una opción, es una necesidad. Y la herramienta más poderosa que tienes para diferenciarte es tu marca personal.
Ahora bien…¿Qué pasa si no tienes horas libres para crear contenido todos los días? ¿Qué pasa si trabajas a jornada completa y tu agenda ya va al límite?
Buena noticia: no necesitas ser influencer, ni dedicar tu vida entera a esto. Puedes construir una marca personal fuerte incluso con poco tiempo, si te centras en lo esencial y aplicas una estrategia inteligente.
Aquí van los 10 consejos clave para lograrlo.
La base de tu marca personal no es lo que haces, sino cómo lo haces y por qué lo haces así. Tu historia, tu forma de pensar, tus valores, tu manera de trabajar.
Para poder construir una marca personal sólida el primer paso sería definir, por ejemplo:
– ¿Qué te mueve?
– ¿Qué problema resuelves mejor que nadie?
– ¿Qué dicen los demás que es “muy tú”?
Una marca personal empieza con identidad, no con exposición.
No intentes comunicar todo lo que sabes, realmente no es necesario si estamos hablando de desarrollar tu marca personal. Elige una idea central y repítela con diferentes matices. Tu audiencia no necesita variedad, lo que necesita coherencia.
No olvides esto: Un buen mensaje se recuerda. Y lo que se recuerda, se recomienda.
Cuando más impactes en canales diferentes mucho mejor. Pero si tienes un trabajo y quieres desarrollar tu marca personal seguramente no tendrás tiempo para estar en todos lados. Por eso, elige el canal donde esté tu audiencia y que se te haga natural:
– ¿Te gusta escribir? LinkedIn o un blog.
– ¿Prefieres hablar? YouTube o pódcast.
– ¿Eres visual? Instagram o TikTok.
Hazlo fácil y sostenible para ti, y si no tienes tiempo, con más razón. Porque si no, lo dejarás.
Tu marca personalno se construye hablando solo de ti, sino aportando valor. Habla de lo que sabes, sin reparos. Puedes compartir aprendizajes, errores, consejos. Incluso genera conversaciones…haz preguntas. Eso te posiciona como referente sin parecer arrogante.
Volvemos a decir lo mismo. A más frecuencia, más impactos. Y esto siempre será bueno si no mermas tu calidad. Pero como ya sabemos que no tienes todo el tiempo que querrías para desarrollar tu marca personal, la constancia cobra más importancia que la frecuencia.
Define una rutina que puedas sostener con tu agenda actual:
– 1 post a la semana
– 1 vídeo cada 15 días
– 1 newsletter al mes
Cumple eso. Seguro que con la práctica afinarás tu sistema y podrás aumentar la frecuencia. Pero no al revés.
Tu trabajo, tus conversaciones, tus aprendizajes diarios…Todo eso puede ser contenido. Debes estar en «modo atento» a todo lo que te rodea. Apunta ideas al vuelo, graba notas de voz, haz capturas. No necesitas inventarte nada, solo observar y compartir lo que ya vives.
Un post puede convertirse en un vídeo, una newsletter puede dividirse en varios posts o un vídeo puede sacarte 10 frases para LinkedIn. Una idea bien exprimida te ahorra tiempo y multiplica impacto. Crea para ello un sistema.
Tu perfil de LinkedIn, tu bio en redes, tu foto…Todo eso comunica.
Aunque no publiques mucho, tu presencia digital debe transmitir claridad, confianza y coherencia.
Que la persona que te encuentre antes de leerte o escucharte, perciba lo que quieres transmitir.
Para mejorar tu posicionamiento como marca personal debes relacionarte con otras personas del sector, ya sea comentando, compartiendo, etc. Aporta en conversaciones ajenas para generar visibilidad sin necesidad de crear desde cero.
Una marca también se construye conectando.
No se trata de aparentar con tu marca personal. Hablamos de mostrar con intención quién eres y cómo puedes ayudar. Aunque tengas poco tiempo, si cada cosa que haces comunica bien, tu marca crecerá.
Recuerda: para crear tu marca personal si no tienes tiempo no necesitas ser famoso, ni publicar todos los días, ni tener un equipo detrás. Solo necesitas tener claro qué quieres comunicar, elegir un canal que te funcione y ser constante con lo que puedas mantener.
Y mucha paciencia, quizás tardes más que otros que disponen de más tiempo. Pero no puedes dejar de intentarlo.
La clave no está en hacer mucho. Está en hacer lo justo… con intención.
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